lunes, 15 de enero de 2018

MI MUNDO

Me acerco a la puerta, me quedo parada a escasos milímetros de ella observando el pomo. La puerta lleva ya demasiados años cerrada, al abrirla lo más probable es que chirríen la bisagras y se atasque un poco la hoja que da paso al interior....costará desprenderse de la acumulación de capas de secretos, vivencias, reflexiones, miedos y ocultación que el tiempo se encargó de acumular. Creo que estoy preparada para abrirla. Mi mano se posa sobre el pomo, el tacto es frío pero no desagradable, mi muñeca gira unos grados hacia la izquierda y el bombín sale de su agujero. Entorno con algo de esfuerzo la hoja de la puerta.... me deslumbra la luz que desde el exterior se cuela por la rendija que se ha abierto, siento como aquel que se resigna a una conquista, sin miedo pero sí con mucho respeto. Miro hacia el lado opuesto, hacia adentro, un largo pasillo, muy, muy largo iluminado de forma muy tenue: mi mundo, mi yo más íntimo, el que no comparto, el que hasta este momento tenía reservado el derecho de admisión, el oscuro, el perverso, el de mis placeres, el que me llena y me hace feliz, ése que a much@s les parece una locura, una salvajada o algo propio de enfermos mentales. No pondré un pie en el exterior, me quedaré dentro pero dejaré la puerta entreabierta a mi mundo.... ¿Deseas entrar?

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